INACABADO

Vuelves a sentarte en mi mesa,
comensal indeseable
que degustas a mi lado,
un macabro menú
de miedos e inseguridades,
haciéndome saborear
el amargo trago
que rechazo cada día,
al que el paladar
nunca se acostumbra,
ni endulzan las sonrisas,
ni condimentan mis lágrimas.